Paul Pilco
Estimad@s amig@s
Reciban un saludo cordial. Creo que sería oportuno - hablando del Día de la resolución de conflictos - que para la próxima reunión del GDMDS se incorpore el tema del aporte voluntario, cuál es el nivel de ejecución, un análisis de su impacto, y qué empresas han cumplido con implementarlo y qué cambios se han producido en los territorios comunales con intervención minera.
La información existente en el MEM es limitada y no ayuda a evaluar con la precisión del caso el verdadero impacto de esta contraprestación, que como saben ustedes, reemplazo a la propuesta del impuesto a la sobreganancias.
Miguel Santillana
Estimados Sres.
me parece pertinente que a tres años de la firma del Decreto que normaba la firma de los acuerdos bilaterales Estado-empresa se haga una evaluación como sugieren. ¿Qué funcionó y qué no? ¿Las empresas privadas demostraron ser más eficientes que el Estado?
Lo que también sería bueno es que alguien haga una exposición técnica de qué era la propuesta del impuesto a las sobreganancias (hasta el día de hoy es un discurso), cuál era la tasa, si era uniforme por actividad extractiva, si era por ley promedio de cada mina, si había un precio límite superior por metal o por galón de crudo que hacía que el mecanismo opere, cuántas empresas quedaban fuera del mercado por su aplicación, si el mecanismo operaba a favor de la empresa cuando había recesión. Se debería hacer un balance tentativo de esa propuesta y si evaluar si tenía sentido económico más allá del político.
Todo lo anterior en aras del aprendizaje
Carlos Aranda
Pero antes de preguntar si el Aporte Voluntario funcionó o no, sugiero que se consideren las siguientes premisas:
1.- El Aporte Voluntario apuntaba a trabajar los aspectos de Educación, Salud y Nutrición, principalmente. Todo ello en zonas económicamente deprimidas y con altos índices de carencias en dichos rubros.
2.- Siendo honestos, ¿Es posible que en tres años se pudiera contar con avances SIGNIFICATIVOS que demuestren que los fondos han podido reducir o resolver los problemas que vienen de años sino décadas?
3.- Si bien es cierto que los fondos son más del sector privado, la ejecución de los proyectos consideran la participación de los gobiernos y entidades locales. Ello porque se apuntala lo del desarrollo participativo. O sea que tan libre de injerencia gubernamental no está.
4.- Entre Aporte Voluntario o Impuesto a las Sobreganancias, ¿En tres años, habría diferencia en el progreso en estos rubros? Comparemos con la ejecución del uso de los fondos del Canon Minero y de las Regalías en los últimos tres años también.
5.- Sugiero se revisen los últimos tres reportes del Índice de Desarrollo Humano para el Perú, que llaga a nivel distrital. Por lo menos se utilizarían datos con menos sesgos.
Concuerdo con lo que señala Miguel Santillana, en el sentido que lo del Impuesto a las Sobreganancias es más un discurso que una definición clara. Partiendo de las premisas señaladas, me parece que la respuesta a las preguntas de si el Aporte Voluntario funciona (porque todavía sigue vigente) y si hubiera sido mejor el Impuesto a las Sobreganancias, es compleja. Por ejemplo, hay proyectos que enfocaron la capacitación de maestros de primaria y secundaria, ¿cómo se mide si ha sido efectivo o no en tres años?; el tema de desnutrición incorpora no sólo mejora el acceso a alimentos, sino mejoras en hábitos alimenticios, en atención a otros aspectos de salud, etc. ¿cómo se mide si ha sido efectivo o no en tres años?; y así etc. Por tanto, considero que –hasta cierto punto- la pregunta puede resultar injusta a sólo tres años de implementación de los proyectos bajo el Aporte Voluntario.
Paul Pilco
Vayamos a lo concreto. Señalar que es "injusta" una revisión o evaluación de los avances de aporte voluntario, da a entender que existe el temor de que se aborde este tema y se conozca lo que viene ocurriendo. Quizás en algunas zonas esté funcionando los fondos locales o regionales, pero en otras, se requiere pues que se conozcan sus debilidades y limitaciones. ¿participativo? ¿qué no está libre de injerencia gubernamental?...podría explicar mejor el señor Aranda, eso de la "injerencia gubernamental"...que yo conozca, las empresas son las que tienen la iniciativa en estos procesos incluso en algunas ni siquiera están conformados estos comités participativos e incluso gobiernos locales y/o regionales, como el caso de Apurímac, miran desde lejos como se desenvuelve este aporte.
Y sobre el impuesto a las sobreganancias, si es un discurso o no, aspecto que preocupa el señor Santillana, su propuesta se dio en un contexto que mereció incluso la atención de destacados especialistas tanto nacionales como extranjeros que opinaron sobre la pertinencia de este impuesto. Claro está, fue la SNMPE que saltó hasta el techo cuando fue anunciado. Si pues, es tarea de los amigos del GDM que se convoque a las personas más idóneas para que nos ilustren al respecto. Yo propondría a Humberto Campodónico o en el mejor de los casos a Pedro Franckie para que nos hablen al respecto.
Sobre las comparaciones, que alude el señor Aranda, respecto al canon minero y las regalías, sabemos perfectamente cuál es el cuello de botella y de dónde vienen las responsabilidades, pero discutamoslo...el asunto concreto, es que el canon minero, es un óbolo, un mendrugo, un ripio (algo más del 2%) frente a las utilidades anuales obtenidas por la venta de los minerales. O si no, hagamos un simple ejercicio matemático.
Miguel Santillana
Estimado Sr. Pilco,
Precisamente las matemáticas son su problema. La belleza de las matemáticas es que son precisas, no admiten dudas ni ideología. Otra cosa es la interpretación que las personas le quieren dar a los resultados. Lo bueno de las matemáticas es que acotan el tema, cortan el floro. Desbaratan mitos y leyendas.
Hay errores de concepto fatales, que le permiten decir cosas que no son ciertas. El canon minero no es un óbolo. El canon es una retribución a la zona donde se extrae el recurso. Nace del impuesto a la renta de la empresa extractiva que opera en la zona. El impuesto a la renta es del orden del 30% en el Perú. El 50% de ésta cifra vuelve a las regiones y municipios.
El óbolo minero es una contribución "voluntaria". Es un arreglo entre cada empresa minera firmante de un contrato con el Estado. Fue una salida política a una coyuntura electoral y post electoral. Tal es así que dura sólo 5 años, bajo ciertas reglas básicas; i) ningún nuevo impuesto al sector, ii) que los precios de los metales no bajen de un nivel.
Sobre el impuesto a la sobreganancias, me encantaría ver los números y respuestas a las preguntas que hice en mi entrega anterior. Insisto, hasta hoy es sólo un discurso sin sustento técnico. Si en la coyuntura de precios muy altos cobramos sobreganancias, cuando los precios estén bajos ¿subsidiamos las pérdidas de las empresas? Pedro Franke es muy buen economista para temas de política social, de esto sabe poco o nada. Humberto Campodónico ha escrito bastante desde su columna en La República, pero mucho de sus cálculos parecen haber sido hechos en una servilleta cuando tomaba un café. Buena intuición, pero no basta para justificar una política económica (son como los cálculos de Hernando de Soto para su libro El Otro Sendero, al ojímetro). Si se cobra impuestos a la sobre ganancias de las empresas, ¿cómo se les debe compensar por los mayores costos operativos por trabajar en un país como el Perú?¿Cuánto más gastan las empresas en seguridad por operar en el Perú donde se supone que hay un Estado que se encarga de la seguridad pública y jurídica? En UK o USA, el Estado ha impuesto nuevas normas tributarias en situaciones especiales, pero las empresas operan en un país que funciona.
En lo que estoy de acuerdo con el Sr. Pilco es que si es tiempo para hacer una evaluación de lo hecho hasta el momento con el óbolo minero.Han pasado tres años.
Comprendo las observaciones del Sr. Aranda, la incidencia en variables sociales toman tiempo. Lo que me gustaría que comuniquen las empresas qué es lo que han hecho, cómo lo han hecho, qué problemas tuvieron que enfrentar, etc. En otras palabras pido que me cuenten el proceso y hacer una evaluación del mismo. No necesariamente, evaluar si llegaron a la meta u objetivo o no.
Una empresa líder como Antamina creo que no se haría ningún problema en hacer una presentación pues sé que hay una gerencia profesional del Fondo Mienro Antamina. ¿Hay otras empresas que puedan mostrar lo que han estado haciendo?
Creo que las empresas deben comunicar pues si no están expuestas a posiciones como las del Sr. Pilco y gente parecida.
Paul Pilco
Qué manera de rajuñarse señor Santillana. Ese gusto por hacerse notar cada vez es más evidente, como ese desproporcionado comentario suyo que en el Perú los mineros artesanales son narcotraficantes o todo lo que sea contrario a la minería huele a cocaína, látex de opio, etc... Para precisarle que el significado de "óbolo", no es un error de concepto que usted hidalgamente me atribuye. Para su conocimiento, óbolo, significa pequeña cantidad...y cuando me refería al canon minero, señor Santillana, me refería exactamente a eso...el canon minero es un "óbolo" frente a todo lo que han ganado las empresas mineras. Seguimos haciendo del floro, un ejercicio literal?
Carlos Aranda:
Partiendo de la detallada respuesta de Miguel, sólo me queda precisar que no estoy en contra de que se evalúe lo hecho por el Aporte Voluntario. Sólo señalé que PODRIA resultar injusta la pregunta de tener la intención de demostrar que el avance ha sido poco significativo. De hecho, la evaluación se hace todos los años y la demanda el propio gobierno. Lo que sí falta, como señala Miguel, es que haya una mayor difusión de esta información. La SNMPE hace un esfuerzo publicando un consolidado de esta información (ver: http://www.snmpe.org.pe/pdfs/Folleto_Informativo_2009.pdf)
Además, le aclaro al Sr. Pilco lo siguiente: los proyectos que abordan el Aporte Voluntario no se hacen porque a la empresa le da la gana. Se hacen en coordinación con las entidades locales, tanto políticas (Ministerios, Municipalidades, directivas comunales, etc.) como sociales (vaso de leche, productores locales, etc.) Esta coordinación cumple con el objetivo de evitar duplicidad o contradicción en esfuerzos de desarrollo. Estoy seguro que si las empresas salieran a trabajar en proyectos desprovistos de esta coordinación, personas como el Sr. Pilco serían las primeras en saltar y acusar a las empresas de no tomar en consideración a las poblaciones. Estos proyectos de desarrollo también deben pasar por el SNIP, así que injerencia gubernamental sí hay. Por ello, Sr. Pilco, señalé que estos proyectos cuentan con la presencia gubernamental. No considero que ello sea negativo, toda vez que alguna entidad gubernamental (nacional, regional o local) deberá asumir la gestión una vez plasmado el proyecto. Sobre Apurímac, al contar con poca presencia de operaciones mineras (la mayoría son de exploración) el aporte voluntario es bastante menor.
El Aporte Voluntario puede ser considerado como un “óbolo” por algunos, pero considero que la fuente de ese calificativo despectivo puede provenir del entendido –repito, por algunos- que las ganancias de las empresas deben ser mantenidas dentro de ciertos “rangos” artificialmente establecidos. Eso no es hacer empresa, por si acaso. La mayor responsabilidad social de una empresa es el ser rentable, porque si no lo es, los trabajadores no son bien remunerados o –peor aún- se quedan sin trabajo. Sin una empresa rentable, no se pagan más impuestos, que luego revierten al tesoro público para desarrollo nacional. Sin una empresa rentable, el canon es menor y –como en el caso que debatimos- el Aporte Voluntario y otras inversiones de desarrollo social local tampoco se darían. ¿Pagar 30% de impuestos le parece poco, Sr. Pilco? Bien, entonces sea usted el primero en pagar el porcentaje que crea que es justo.