Javier Fernández-Concha, viceministro de Gobernanza Territorial, explica la nueva estrategia para abordar la conflictividad.
En su primera entrevista como viceministro de Gobernanza Territorial, Javier Fernández-Concha Stucker adelanta que la nueva estrategia para disminuir la conflictividad social será mejorar la gestión pública para atender a tiempo la demanda social y evitar los conflictos. Anuncia que el Gobierno solo dialogará si existe respeto al orden jurídico, y entre las medidas a tomar ante situaciones de conflicto se podría incluir la declaración de estados de emergencia.
— ¿Cuál es su plan en este nuevo viceministerio?
Se ha creado toda una nueva organización y estructura dentro de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) para dar una mayor eficiencia a la gestión. Entre los objetivos de este viceministerio está tener una mayor presencia del Estado en el territorio nacional, tener un mayor acercamiento del Gobierno y del Estado con la población. Tener intervenciones mucho más eficientes de las que se han tenido hasta la fecha. Tener un Estado más ejecutivo y moderno.
— ¿Y esto se dará como consecuencia de los cambios que implementarán?
Se dará porque se tendrá una estructura mucho más unificada, con competencias bien definidas y no con tantas funciones como antes. El viceministerio tiene a su cargo menos funciones y podrá dedicar más tiempo al ejercicio de cada una de estas.
— ¿Usted participó en el diseño de esta nueva estructura?
Sí, di algunas sugerencias. La estructura anterior me pareció muy básica para el manejo de conflictos sociales.
— ¿Cuál fue la principal preocupación del primer ministro Fernando Zavala cuando lo convocó para el cargo?
Primero, tener un diagnóstico y una visión diferente a la que se había tenido hasta ahora. En función de eso, determinar qué aspectos podían seguir implementándose o qué podía fortalecer este nuevo modelo. El diagnóstico inicial es que el sistema anterior ha venido funcionando así por 17 años y está desgastado. No ha logrado el impacto esperado.
— ¿Cuál es el enfoque que está planteando?
Los sistemas creados por cada ministerio para afrontar la conflictividad no coordinaban entre sí. Es decir, el diagnóstico inicial de campo no era compartido. Cada uno establecía su propia estrategia en función a los intereses de su propio sector sin una visión integral. Además, se crearon mecanismos alternos. La frustración de la población debido a que sus demandas sociales no eran cumplidas generó que se crearan mesas de diálogo.
— ¿Se refiere a que no han funcionado las mesas de diálogo?
Las mesas de diálogo comenzaron a tener un impacto importante para canalizar las demandas sociales dirigidas al sector público y privado, que empezaron a asumir compromisos. En algunos casos, estos espacios se abrían después de un conflicto, con lo cual el escenario de diálogo era aún más complejo. Manejar diálogo y conflictividad al mismo tiempo es muy difícil en una negociación, es simplemente capitular. Aparecen elementos ajenos a la demanda social original que muchas veces incluyen una agenda ilegítima. En ese escenario, se comienzan a introducir variables políticas y económicas que no tenían relación con la demanda social.
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